Viajamos con Sata Airways desde la isla de Sao Miguel hasta la isla de Terceira. Tras un vuelo de 40 minutos, llegamos cerca de Angra de Heroismo, la capital de la isla Terceira. Reservamos una habitación para tres días en el Hotel Azoris Angra de 4*, situado frente al ayuntamiento, a un precio medio de 99 euros por noche. El hotel nos dio una cálida bienvenida con vino tinto local, una bandeja de fruta y queso y agua de manantial.
El Azoris Angra Garden es un acogedor hotel conocido por su excelente servicio. Situado cerca del jardín, el hotel es un tesoro del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en Angra do Heroismo. El diseño del hotel se inspira en la rica historia y la vibrante cultura de la ciudad, ofreciendo a los huéspedes un ambiente tranquilo en el que relajarse y desconectar.
La primera noche en la isla de Terceira estuvo amenizada por música local y bailes tradicionales. En la isla se celebran numerosos festivales y actos religiosos que expresan la profunda fe católica de los isleños, los llamados terceirenses. Estas antiguas tradiciones se han conservado durante generaciones y refuerzan el patrimonio cultural y la identidad de la isla.
A la mañana siguiente estábamos cansados, pero seguíamos entusiasmados con la actividad que nos esperaba: nadar con delfines. Estamos convencidos de que esta experiencia tiene el potencial de crear un vínculo más fuerte con la biodiversidad y concienciar sobre la importancia del bienestar animal. La excursión empezó a las 8 de la mañana y terminó tres horas más tarde con un pequeño grupo de seis personas acompañadas por dos guías. Nunca antes habíamos visto un número tan elevado de delfines y ballenas, que aparecían en grupos de 50 o incluso más. Fue una mañana de gran éxito que nos dejó con una sonrisa radiante.
Azores Adventure Futurismo es una empresa dedicada a la protección y el respeto de ballenas y delfines, que ofrece viajes de aventura profesionalmente dirigidos con pasión y experiencia. Para formar parte de este equipo excepcional, los candidatos deben ser biólogos marinos, tener experiencia en el manejo de embarcaciones, poseer un certificado de primeros auxilios, tener excelentes habilidades de comunicación y una actitud compasiva hacia el reino animal.
En 2024, la empresa ha decidido conjuntamente dar prioridad a la ciencia, la educación y el turismo responsable para proteger a los animales y su entorno y crear un futuro más sostenible. En consecuencia, la empresa dejará de promover la natación con delfines.
Tras una satisfactoria comida y un poco de relax, decidimos seguir explorando el paisaje volcánico de la isla. Algar do Carvao resultó ser una cueva igualmente maravillosa, mística y única en nuestro viaje.
Después de un día explorando los encantadores e históricos lugares de Terceira, decidimos volver a nuestro hotel al atardecer. La suave luz dorada del sol poniente proyectaba un cálido resplandor sobre la ciudad, creando una escena pintoresca realmente encantadora. En el camino de vuelta, no pudimos evitar admirar la singular arquitectura de los edificios, algunos de ellos centenarios.
De vuelta al hotel, nos tomamos un momento para relajarnos y descansar de las aventuras del día. El apacible ambiente del hotel nos proporcionó el marco perfecto para reflexionar sobre la belleza de Terceira y los recuerdos que habíamos creado durante nuestra estancia allí. Vimos cómo el cielo pasaba de los tonos anaranjados y rosados a un azul intenso, señal del anochecer.
Desde la habitación del hotel teníamos una vista impresionante de la ciudad, cuyas luces parpadeantes empezaban a iluminar la oscuridad. Fue el final perfecto para un día perfecto, y agradecimos la oportunidad de experimentar la belleza de Terceira a la luz del atardecer.
Nos embarcamos en una aventura llena de emoción y curiosidad y nos dirigimos al centro de la isla, impulsados por el deseo de establecer una conexión significativa con la propia tierra. Nuestro destino era el exuberante centro de Terceira, donde el denso bosque y la vibrante naturaleza nos atraían con la promesa de paz y tranquilidad.
Cuanto más nos adentrábamos en el interior de la isla, más cambiaba el paisaje ante nuestros ojos, revelando un espectáculo de tonos verdes y belleza salvaje. Los árboles centenarios se alzaban altos y majestuosos, sus raíces se fundían con el suelo fértil bajo nosotros, anclándonos en una sensación de conexión y unidad.
Cada paso que dábamos resonaba con el murmullo del bosque, que nos conducía a un santuario oculto donde las armoniosas melodías de la naturaleza nos envolvían en un capullo de tranquilidad. El aire se llenó del delicioso aroma de las flores y el suave susurro de las hojas, ofreciendo una experiencia sensorial que nos llegó al alma.
En este entorno perfecto, nos sumergimos en un juego de luces y sombras mientras las copas de los árboles filtraban la luz del sol en una fascinante serie de dibujos sobre el suelo del bosque. El tiempo parecía detenerse mientras nos entregábamos al abrazo de la naturaleza y experimentábamos una profunda sensación de calma y conexión con todos los seres vivos.
Nuestra búsqueda de una conexión profunda con la tierra nos llevó al corazón de Terceira, donde el bosque se reveló como el santuario definitivo, un lugar donde las fronteras entre los mundos físico y espiritual se difuminaban y nos recordaban nuestro papel en la intrincada red de la existencia.
A medida que explorábamos la hermosa isla, nos encontrábamos con paisajes impresionantes y deliciosas sorpresas a cada paso. Nuestra expedición se interrumpió brevemente cuando decidimos espontáneamente detenernos a admirar el maravilloso Miradouro da Serra do Cume. El mirador ofrecía amplias vistas panorámicas de frondosos valles y colinas onduladas bajo el inmenso cielo: una visión realmente hipnotizadora.
El tiempo cambió repentinamente de un cielo azul despejado a una densa niebla que hacía imposible conducir debido a la escasa visibilidad. La isla de Terceira es probablemente mi isla favorita después de Sao Miguel.
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